El manantial del balneario de Marmolejo es recuperado

Marmolejo | Actualidad | 10/04/2017

Hicimos una provincia y la cumplimos. Este verano, el agua podrá beberse”. El alcalde de Marmolejo, Manuel Lozano, expresa la satisfacción generalizada entre los vecinos por la recuperación del manantial del balneario. El hallazgo es el resultado del proceso impulsado por el Ayuntamiento, con cargo a fondos del antiguo PER, para llegar hasta el caudal, que estaba oculto bajo una capa de fango de más de cinco metros de grosor como consecuencia de las riadas del Guadalquivir de hace seis años. “Es una seña de identidad. La gente le tiene cariño y está muy contenta”, añade.

Las tres fuentes mineromedicinales se llaman San Luis, Agria y Buena Esperanza. Se trata de un líquido que, en cada caso, tiene unas aplicaciones curativas específicas para el riñón, la anemia y los problemas digestivos. Es agua potable, aunque la elevada presencia de hierro hace que no resulte apta para su almacenamiento. Localizado el manantial perdido, ahora continúa el proceso para limpiar el espacio, de manera que, en cuestión de pocos meses, podrá reabrirse para que marmolejeños y visitantes consuman el producto, muy apreciado desde hace tiempo.

La siguiente fase en la operación, como apunta Manuel Lozano, consistirá en la “bunquerización” del edificio. Con ese término se refiere a la operación para convertir el lugar en una especie de isla que no se vea afectada por las periódicas avenidas del río. De hecho, el alcalde considera que la demora en la recuperación de las fuentes se debe a que en la anterior legislatura municipal el equipo de Gobierno de entonces no se preocupó del asunto.

Manuel Lozano contextualiza los trabajos actuales en un proceso de rehabilitación del balneario que desea culminar para 2019, cuando concluirá el presente mandato. De acuerdo con sus datos, entre las intervenciones ya ejecutadas y las que quedan pendientes el desembolso de fondos, financiados por varias administraciones públicas, rondará los quinientos mil euros.

Por el momento también se ha reformado la línea eléctrica. “Queremos poner en valor el balneario para que pueda visitarse y disfrutarse. En un futuro intentaremos que haya inversiones para crear un centro termal, con spa”, precisa el munícipe.

Las tareas de recuperación previstas afectan a las tres áreas del balneario: el manantial, los jardines y la edificación de la Casa del Médico, de estilo colonial. “Estaba que se caía. Cogimos unos cien mil euros y la salvamos”, detalla Lozano en relación con el inmueble. En esta línea anuncia que el objetivo final para esta parte es crear un centro de interpretación, con un museo y una parte didácticas iniciativa para la que ya se ha solicitado una subvención a la Diputación. En cuanto al jardín, la intención es que quede apto para los paseos y que puedan contemplarse las especies exóticas que proliferan en el lugar.

La parcela del balneario, adquirida en 2001 por el Ayuntamiento, es muy extensa, ya que a ella se agregaron dos fincas compradas para albergar posibles nuevas construcciones sin perjudicar las que se remontan a siglos anteriores. El proyecto del equipo de Gobierno pasa por poner en valor un lugar con encanto que permita el esparcimiento ciudadano, el aprovechamiento terapéutico de las aguas y la recepción de visitas que redunden de manera positiva en la hostelería y otros sectores de la economía marmolejeña. De esta manera se cumpliría el anhelo de que este espacio recobre el esplendor de antaño

Un lugar que acogió a visitantes tan conocidos como Chaplin y Valentino

Las propiedades terapéuticas de las aguas hicieron del balneario de Marmolejo un referente durante buena parte de los siglos XIX y XX. De hecho, los vecinos se referían a él como “la tercera cosecha”, ya que sus beneficios para la economía local eran equiparables con los de la aceituna o los cereales. Entre las numerosas personalidades españolas y extranjeras que pasaron por las instalaciones se encuentran los actores Charles Chaplin y Rodolfo Valentino, el científico Santiago Ramón y Cajal, el filósofo José Ortega y Gasset y el escritor Armando Palacio Valdés. El municipio era destino de la burguesía y la aristocracia, con presencia habitual de ministros y otros políticos de ámbito nacional.

La historia de las instalaciones está repleta de vicisitudes. Las primeras referencias al lugar se remontan a principios del siglo XVIII, aunque no consta un establecimiento hostelero hasta 1875, para acoger al creciente número de “agüistas”. A principios del siglo XXI, el Ayuntamiento desembolsó 1,2 millones para comprar el balneario y emprendió su reconstrucción. Las abundantes lluvias de 2009 generaron una crecida del Guadalquivir que anegó todo el recinto, que cerró definitivamente cinco años después de su reapertura.



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